Las parejas generalmente mantienen desacuerdos acerca de muchos asuntos sobre la relación sexual, quizás el tiempo que debe durar es una de las discusiones más álgidas e intensas; sobre todo porque cada uno tiene su manera distinta de funcionar, y concebir el encuentro erótico.

Para los hombres que desean prolongar el coito retardando el momento de la eyaculación les dejo algunos consejos, ejercicios y trucos para que comiencen a poner en práctica…, porque definitivamente NO existe la cura mágica a esta necesidad:

-El cerebro controla el pene (lo contrario debería ser la excepción): siempre que te encuentres tranquilo, cómodo y seguro cada parte de cuerpo puede responder a las demandas y caprichos que tú le impongas.  Sin embargo, todo lo contrario sucede cuando te angustias, o se alteran tus emociones.

-Práctica, práctica, y más práctica esa es la clave: bien sea solo o en compañía de tu pareja, debes comenzar a reconocer las fases de tu respuesta sexual, que formas de estimulación (visual, táctil, auditiva, olfativa, y hasta imaginaria) aceleran o te ayuda a retardar la eyaculación. Aquello que más morbo te genere, de manera lógica va acelerarla; y esto lo único que significa es que tu cuerpo está sano y reacciona de manera normal y esperada frente a este tipo de estimulación tan agradable para ti.

-Diseña un guion sexual que te favorezca: conversa con tu pareja para compartir diferentes prácticas sexuales en el orden que mejor te convenga; esto quiere decir que resulta preferible dejar para el final aquellas posiciones, o la estimulación que más disfrutas, o más roce te generen sobre el pene.

-Los preservativos son tus aliados: puedes elegir entre la variada oferta que tenemos disponibles, y probar cual marca o diseño te ofrece mayor comodidad y protección contra embarazos no deseados y las infecciones de transmisión sexual; además de disminuir un poco las sensaciones durante el coito, prolongando así el tiempo de la penetración. También, puedes ubicar alternativas que le ofrezcan a tu pareja una textura o temperatura diferente que aumente sus sensaciones y favorezca también su placer.

-Alterna las zonas de estimulación durante el encuentro sexual: cuando te concentras exclusivamente en la penetración además de fatigar los genitales de tu pareja, el pene se mantiene sobre estimulado y con ello puedes acelerar la aparición de la eyaculación.

-Reconoce tus tiempos: evita compararte con amigos, actores porno, o cualquier otra historia que puedas escuchar inclusive por parte de tu pareja; cada quién tiene características personales, y maneras de funcionar únicas en el terreno sexual. Del mismo modo, la comparación asociada a la autocritica disminuye tu autoestima sexual, lo que genera una baja considerable de tu nivel del desempeño y disfrute.

-Cremas y gel retardante: la mayoría de las sustancias que ofrecen postergar el tiempo de la eyaculación contienen en su base anestesia, por ello debes tratar de colocarla en el pene y luego cubrirlo con un preservativo; sino también, la vagina o cualquier otra zona del cuerpo que estén estimulando puede anestesiarse. El riesgo de la automedicación, o el uso recreativo de estos aliados es que terminan restando tanta sensibilidad, que efectivamente vas a retardar la llegada de tus orgasmos sí es que los consigues; pero dejando de sentir casi todas maravillas que suceden durante el encuentro sexual…

-Pregúntale a tu pareja si quiere más tiempo: una cosa es que el encuentro sexual se prolongue considerando los juegos previos, besos, caricias, penetración, etc…; y otra cosa muy distinta es pretender extender más allá del tiempo que el cuerpo está en capacidad de tolerar la actividad coital. A veces, la queja de parte de las parejas es que deben durar más, pero lo recomendable sería más bien estimular más y de manera más efectiva las diferentes zonas erógenas de cada uno para garantizar el placer de ambos sea cual sea el tiempo que dure el acto sexual.

Finalmente, todos debemos comenzar a entender que el encuentro erótico no depende exclusivamente del tiempo que permanezca erecto el pene, se puede ofrecer placer sexual también con otras partes del cuerpo distintas a esta, e inclusive se pueden lograr penetraciones placenteras con erecciones parciales.