Un amigo íntimo es aquel que comparte tantos momentos
contigo
que te conoce realmente bien. Conoce tu forma de ser, tu puntos débiles
y tus fortalezas. Pero además, es un amigo que está ahí cuando tienes
una buena noticia que celebrar y notas la ilusión en sus ojos por ese
momento personal. ¿Cómo ser un gran
amigo en los intantes felices si es tan vital como serlo en los momentos difíciles?
Estar presente en la vida del otro
Un buen amigo es aquel que está
presente en la vida
del otro y cuando surgen planes especiales no pone excusas para
ausentarse justificando que tiene mucho trabajo o que no puede asistir
por otros motivos. Cuando estas ausencias son puntuales no pasa nada
pero cuando se convierten en norma muestran falta de interés (siempre
existen excepciones a la norma). Por tanto, para ser un buen amigo en
los momentos
felices es bonito que te impliques en
compartir con la otra persona momentos significativos, por ejemplo, los
cumpleaños. La presencia muestra uno de los valores más importantes
vinculados con el cariño: la compañía desinteresada. Decidir libremente
estar en ese momento junto a la otra persona porque es importante para
ti.
Cero envidia
Un buen
amigo es aquel que de verdad se alegra con
el corazón por las cosas buenas que le suceden al otro. Por este motivo,
es importante evitar la envidia y felicitar con el corazón al amigo en
sus éxitos. Para reducir la envidia conviene practicar la premisa de
evitar las
comparaciones personales porque nadie es mejor que nadie. Cada ser humano tiene su camino.
Demuestra tu alegría
Lo natural es sentir alegría por las
alegrías del
otro. En ese caso, demuestra que de verdad estás muy contento. Por
ejemplo, en la fecha de cumpleaños de tu amigo puedes regalarle una
tarjeta de felicitación en la que expreses todo tu afecto.
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