El amor sano es un
sentimiento muy bonito que
además, produce una enorme sensación de bienestar gracias a su alto
poder terapéutico. El amor sano es aquel que cura las heridas del alma,
esas cicatrices que una persona puede arrastrar de su pasado sentimental
y que adquieren una perspectiva distinta bajo la óptica de la nueva
esperanza que produce el amor de verdad. Aunque el destino no se rige
por el determinismo sino por la libertad, existen momentos en los que
cuando una persona es feliz de verdad se pregunta si todo ha pasado así
por
algo. Es decir, al final, la recompensa de la felicidad alcanzada se convierte en el mejor premio después del dolor.
Cómo es el amor sano
El
amor sano es aquel que te hace sentir a nivel
interno que estás en el camino correcto. No cargas con una mochila de
dudas constantes, miedos e inseguridades sino que sientes que lo que te
está pasando es un regalo que llevas mucho tiempo esperando en tu vida. Y
no puedes más que sentirte afortunado,
contento y agradecido por tener una nueva oportunidad.
Todo fluye
Cuando te encuentras inmerso en una historia basada en el
sentimiento
sano, entonces, todo fluye con mucha naturalidad. No es uno quien tiene
que cargar con el peso de una historia que en ocasiones avanza y en
otras retrocede un montón de pasos de golpe. La pareja camina a su
ritmo, se toma las cosas con calma para conocerse mejor y saber si esta
historia tiene futuro o no. Este ritmo aporta
seguridad interior y comodidad a los protagonistas de la historia.
Tranquilidad interior
Los
amores tóxicos están marcados por las constantes
discusiones y reconciliaciones, una historia marcada por constantes
giros inesperados que suponen un gran desgaste psicológico. Por el
contrario, el amor sano es aquel que está marcado por la tranquilidad interior que surge del respeto a uno mismo y al otro.
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