
Ahora se requiere ahorro, ahorro y más ahorro, esto implica muchos cambios en nuestra forma de vida.
Posiblemente no podamos seguir pagando el colegio de los niños y tengamos que explicarles el cambio.
Estos cambios pueden provocar reacciones diversas en nuestros hijos ya que no serán capaces de comprender las dimensiones de la situación actual y pasarán por estados de ánimo cambiantes que vayan desde la tristeza al miedo pasando por episodios de ira provocados por la incertidumbre ante el cambio.
El diálogo es esencial para que nuestros hijos entiendan que este tipo de situaciones se producen por momentos históricos de cambio, el mundo cambia y con él nuestra forma de vida que debe adaptarse a los nuevos escenarios.
La frustración y el miedo de las familias es latente en momentos de crisis tan devastadoras y lo mejor que se puede hacer es hablar con nuestros hijos abiertamente del tema, que no se convierta en un tabú que acumule tensión en el hogar.
Los niños tienen tendencia a sentirse culpables por todas las situaciones que se producen en el hogar por lo que explicar abiertamente un bache económico puede, al menos, liberarles de ese sentimiento de culpa.
Debemos superar nuestras propias frustraciones y miedos, nuestros sentimientos de culpa ante la situación actual y hablar abiertamente con nuestros hijos ya que la honestidad y la comunicación familiar hará descender la tensión y la ansiedad con la que enfrentamos la situación dando paso a una actitud más positiva en la que seamos capaces de utilizar las herramientas a nuestro alcance para ir construyendo… nuestro nuevo comienzo.
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