
Generalmente los adolescentes que no han tenido su primera relación sexual, demoran éste inicio por miedos infundados por parte de los adultos y si bien no podemos evitar que en algún momento comiencen a llevar una sexualidad fluída, lo mejor es informarles y conversar con ellos sobre todos los miedos que puedan tener.
La mayoría tiene miedo al dolor del desgarro del himen y al sangrado en la mujer, miedo al embarazo no deseado, las enfermedades de transmisión sexual, y en el caso de los varones a no poder satisfacer a su compañera por desconocer el desarrollo interno de la vagina.
Para evitar éstos temores y cuando una persona toma la decisión de iniciar su vida sexual, pueda hacerlo de la forma correcta, lo mejor que podemos hacer como adultos, es realizar una interconsulta con un especialista, ginecólogo o sexólogo que los oriente frente a la presión de sus pares, para que llegado el momento puedan hacerlo de forma responsable, segura y que les evite conflictos a largo plazo
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