Cuando el problema es el tamaño del pene…
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Si
algo he descubierto en el tiempo que me he dedicado a los temas de
sexualidad es que no importa el tamaño del pene, para el hombre siempre
resulta menos de lo deseado… y para mi sorpresa algunas mujeres
también se suman a este “capricho”.
Siendo
esta inconformidad la base de múltiples situaciones de exposición a
riesgo físico y emocional para muchos hombres. Porque frente a la
frustración que le genera compararse con los actores de películas
pornográficas, la medida que supuestamente tiene el mejor amigo, o la
critica que le hiciera alguna pareja… más de uno opta por probar alguna
de las “soluciones mágicas” ofrecidas de manera abundante por
internet, revistas, callejones, supuestos especialistas y cuanto
estafador se le cruce en el camino…
Entonces,
al respecto lo primero que les quiero comentar es que antes de
descalificar o generar sentimientos de rechazo hacia su propio cuerpo,
lo mejor sería entender que el tamaño (largo y grosor) vienen
determinados por la biología o genética; con esto quiero decir, que sea
cual sea el numero que arroja la medición tenemos que aprender
aceptar, aprovechar y gozar cada centímetro.
Aquellos
que deseen conocer las medidas de su pene la sugerencia es que tomen
una cinta métrica o regla, y la coloquen sobre el cuerpo del pene desde
la base (bien pegado al abdomen) y hasta la punta. Pueden hacer la
medición en estado de reposo y luego erecto, así como también del
grosor utilizando la cinta métrica alrededor del cuerpo del pene. Los
hombres que se han tomado el tiempo de observar su pene, saben que la
forma no es completamente uniforme, así que pueden observar unas
secciones más gruesas que otras; considerando esto que pueden
seleccionar cual toman de referencia para la medición.
Independientemente
del número que arroje la medición, pueden comenzar a estar más
tranquilos; ya que si se aproximan a literatura calificada que habla
del tema generalmente se sugieren unos 15cm como medida promedio del
largo del pene (algunas regiones un poco más, otras un poco menos),
inclusive muchos juguetes sexuales se ajustan de manera fiel a estos
estándares.
En
el caso de aquellos hombres que se ubiquen en niveles menores a los
famosos 15 cm, antes de angustiarse; quiero dejarles otro número para
la reflexión, a partir de 7.5cm un pene en estado de erección se
considera “normal”, y mejor aún capaz de proveer sensaciones
placenteras a cualquier persona.
Otro
aspecto que quisiera revisar es que en el caso de parejas
heterosexuales desde el punto de vista teórico, si pensamos en el
genital femenino como objeto de deseo y estimulación, los puntos de
mayor placer se ubican justamente en la parte externa o muy cercanos al
exterior; tal es el caso del clítoris, punto g, tercio anterior de la
vagina, perineo, entre otros…
De
hecho, a menos que la mujer prefiera (por gusto, capricho, lo cual
constituye un asunto personal y bastante subjetivo) los penes de gran
tamaño, la mayoría prefiere la estimulación con penes de tamaño
promedio; ya que los de penes grandes pudieran generan miedo,
predisposición al dolor, y definitivamente ameritan un mayor trabajo en
los juegos previos para garantizar la adecuada dilatación; y ni hablar
cuando la estimulación que se ofrece o se sugiere es vía anal.
Así mismo,
muchos de ustedes han probado y comprobado que la mayoría de las
mujeres pueden alcanzar orgasmos de una forma más rápida y efectiva con
la estimulación que se ofrece con los dedos, lengua, roce con el
glande (o cabeza del pene), etc., a diferencia de la penetración
vaginal; debido al roce especifico que se puede generar con estos
pequeños aliados.
También
los penes de tamaño promedio ganan “fanáticas” a la hora del sexo
oral, ya que la mayoría de los hombres tratan de recrear las escena de
penetración en boca bastante frecuente en películas con material
sexualmente explicito; y nada resulta más complicado, incomodo, y
displacentero (para la mayoría) que recrear esta escena con un miembro
de grandes dimensiones.
Del
mismo modo, cuando la preferencia de las prácticas sexuales se
concentran en la penetración, con los penes de tamaño promedio podemos
probar y curiosear un poco más con distintas posiciones sexuales; por
ejemplo aquellas que generen mayor roce, penetraciones más profundas,
alternar ritmos, movimientos y muchas cosas más… En el caso de las
parejas que comparten un miembro de tamaño superior al promedio,
generalmente las variaciones se concentran en ubicar las posiciones
sexuales que “resten centímetros” a la hora de la penetración para
disminuir las molestias que pudiera experimentar la mujer durante el
encuentro sexual.
Cuando
la queja o rechazo a la anatomía del pene, proviene del afuera
(parejas, amigos, familiares, etc…), los invito a desechar estos
comentarios, sustituir a la pareja, o bien alejarse de estos
saboteadores del placer; porque la batalla que puede generarse a nivel
emocional no existe manera de ganarla.
Lo
primero que debemos considerar es que cuando intentamos agradar o
complacer a otro, nunca tenemos claro que es lo que desea, quiere o
necesita para sentirse satisfecho; y en el caso del tamaño del pene les
comenté que como viene determinado por la genética, muy poco es lo que
nos queda por hacer para cambiar la apariencia. Segundo, quizás la
queja se circunscribe a esa persona en específico; recuerden que para
todo hay público, quizás hay otra persona que no solo quiere, sino que
desea y logra sentir placer justamente con la forma o tamaño de tu
genital (o el cuerpo en general, esto es válido también en el caso de
los senos en las mujeres). En tercer lugar, si hasta el día que
criticaron la forma o tamaño de tu pene habías sentido placer, un
adecuado desempeño sexual, y nunca te habías preocupado por ello,
definitivamente el problema no está en ti.
Para
aquellos hombres, quienes sienten curiosidad por poner a prueba los
trucos y “curas” que se ofrecen por allí, les dejo algunas ideas para
que consuman con criterio esas ofertas y alternativas:
-Si
el hombre que mantiene la queja sobre el tamaño de su pene tiene
“sobrepeso”, la invitación es a trabajar el abdomen… una vez que se
restan esos centímetros de circunferencia abdominal, verán como
aparecen los centímetros de pene que estaban ocultos debajo de la
“barriguita”.
-Aquellos
que se sienten bien con sus dimensiones, pero quisiera proyectar una
imagen mejorada de su genital; los invito a rebajar los vellos, o
eliminarlos por completo. El efecto es visualmente efectivo, ya que al
retirar el vello se destacan más las dimensiones, detalles y
características del pene.
-Cuando
la idea es “jugar” o sentir que se tiene un pene de mayores
dimensiones, pueden invertir en juguetes sexuales destinados a
satisfacer este deseo. Existen una amplia gama de aliados que van desde
extensores de pene (que parecen condones con una punta más rígida que
agrega centímetros), gel que ayuda a la vaso dilatación (mejorando la
circulación sanguínea y con ello el nivel de erección que se obtiene);
hasta las famosas bomba de vacío, las cuales debe utilizarse
entendiendo que la modificación que generan es solo temporal producto
de la estimulación (o succión) que se aplica sobre el pene, y que todo
vuelve la normalidad en cuanto se complete la respuesta sexual.
-Finalmente
si la necesidad o deseo es la transformación permanente nada mejor que
ponerse en manos de especialistas; al respecto quiero especificar que
no todos los cirujanos están en capacidad de realizar la intervención,
se deben ubicar profesionales con estudios y experiencia calificada; ya
que las complicaciones pudieran ser devastadoras. En el caso de las
cirugías se puede lograr modificar bien sea el largo, como el grosor
del pene.
Recuerden
no siempre “mas es igual a mejor”; y antes de criticar esta o
cualquier parte de su cuerpo (o el de su pareja…) piensen si
efectivamente han usado, probado y aprovechado cada centímetro antes de
querer “sentir más”; ya que lamentablemente en la sexualidad es el
mayor número de zonas que subutilizamos vs. las que se aprovechan
plenamente.
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