Sexualidad en la Vejez
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El sexo en la tercera edad tiene muchas ventajas y aunque no lo creamos, puede significar una mayor participación social de este grupo en nuestra sociedad.
Las necesidades del ser humano no cambian, sin embargo debido a que en nuestra cultura, la sexualidad se asocia con una estética joven y vigorosa, su existencia en los ancianos se ha convertido en un tabú.
Se piensa que toda persona mayor de 60 años está inutilizada para sentir placer, deseo e interés sexual. De hecho, la sola idea de una relación sexual entre adultos mayores se piensa como antiestética, incluso como algo que simplemente no debe ser.
Además, hay que tomar en cuenta las visiones reproductoras de la sexualidad, donde el único objetivo del acercamiento sexual es el tener hijos, y el placer o la autoestima no juegan un papel importante. Es por estas visiones, que se ha generalizado la idea, de que si una mujer o un hombre ya son mayores, no deben pensar en el sexo, pues ya no pueden reproducirse.
La realidad está muy lejana de estas concepciones reduccionistas, y de hecho, está demostrado científicamente que la persona sin padecimientos en el sistema genital o en su físico, que impidan un comportamiento sexual normal, puede disfrutar de la vida sexual en todo su ámbito sin importar su edad.
Las necesidades del ser humano no cambian, sin embargo debido a que en nuestra cultura, la sexualidad se asocia con una estética joven y vigorosa, su existencia en los ancianos se ha convertido en un tabú.
Se piensa que toda persona mayor de 60 años está inutilizada para sentir placer, deseo e interés sexual. De hecho, la sola idea de una relación sexual entre adultos mayores se piensa como antiestética, incluso como algo que simplemente no debe ser.
Además, hay que tomar en cuenta las visiones reproductoras de la sexualidad, donde el único objetivo del acercamiento sexual es el tener hijos, y el placer o la autoestima no juegan un papel importante. Es por estas visiones, que se ha generalizado la idea, de que si una mujer o un hombre ya son mayores, no deben pensar en el sexo, pues ya no pueden reproducirse.
La realidad está muy lejana de estas concepciones reduccionistas, y de hecho, está demostrado científicamente que la persona sin padecimientos en el sistema genital o en su físico, que impidan un comportamiento sexual normal, puede disfrutar de la vida sexual en todo su ámbito sin importar su edad.
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