Citas después de los 50
0:00
No me malinterpretes; el amor es increíble a cualquier edad. Pero tener citas durante los 50 puede, en particular, darnos escalofríos. No creo que siempre haya sido así. Cuando comencé a entrevistar a gente, esperaba oír hablar de batallas terribles y heridas profundas causadas por la guerra de las citas. En cambio, quedé encantada por descubrir que el amor aún está en el aire.
Veamos lo que estas parejas felices nos revelan: algunas de las mejores (y más agradables) sorpresas que puede ofrecer tener citas en la mediana edad:
Sorpresa N° 1: la gente es buena
¿Recordás el episodio de Sexo en la ciudad donde Berger rompe con Carrie con una nota? Esto nunca habría sucedido si estuvieran en sus cincuentas. Como mi amiga Maggie, veterana de citas en la mediana edad, dice: "no hay historias de horror a esta edad. Las personas pueden ser falsas, pero nadie es malo”.
En los veintes y treintas, dice, la gente evadiría una cita o, si fuera una cita a ciegas, pasaría de largo si no la encuentran a la altura de sus expectativas estéticas. Pero cuando se tienen cinco décadas, el juego ha cambiado. Las personas devuelven las llamadas telefónicas y son consideradas. Tal vez porque ya hemos sido pateados por la vida, lo suficiente para entender el valor de ser amable.
Maggie comenta: "a veces pienso que él no es ‘el indicado’ para mí, pero lo es para alguien más". Ella recuerda una cita que le dijo: "no hemos hecho clic, pero tengo un amigo al que realmente le gustarás". PD: Le gustó.
Sorpresa N° 2: ves a los viejos amigos de otra forma
Sarah y Matthew crecieron a tres cuadras el uno del otro. Fueron compañeros en la escuela secundaria, pero luego siguieron su camino. Él se casó, ella no, y con los años mantuvieron su amistad. Cuando ambos estaban en sus 50 años de edad, el matrimonio de él ya había terminado. La siguiente vez que Sarah y Matthew se reunieron, cupido llegó. De pronto se vieron de una forma diferente.
"Siempre pensé que era un tipo agradable, pero en la cena ¡zas!", dice Sarah. Matthew también lo sintió. En seis meses ya estaban viviendo juntos. La moraleja de la historia: el amor puede suceder en cualquier lugar y a cualquier hora... Y con cualquiera.
Sorpresa N° 3: puede darse con alguien con quien saliste antes
Judy nunca se casó ni vivió con un hombre. Cuando tenía 40 años adoptó a una niña y, después de convertirse en madre, sintió la necesidad de estar con alguien. "Yo adoraba a mi hija, pero me dije a mí misma: tiene que haber algo más'", comentó. Entonces comenzó a tener citas y volvió a relacionarse con alguien que había conocido años antes, en un equipo de remo.
"Cuando lo conocí por primera vez yo no estaba pensando en una relación", recuerda. "Ahora, ahí estaba él otra vez. Yo estaba en un lugar diferente, y buscaba pareja. Empezamos a entrenar juntos y una cosa llevó a otra. Ahora estamos a punto de comprar una casa". Judy lo aprendió: no olvides a la gente con la que saliste. Los tiempos cambian, los gustos cambian, y una revancha podría ser lo que estás esperando.
Sorpresa N° 4: podés revivir el sentimiento de tu primer amor
Pensá en la manera en la que te sentías cuando te enamoraste por primera vez. ¿Mareada?, ¿loca?, ¿maravillada?, ¿todas los anteriores? Ahora preparate para un "déjà vu". Lo ví enseguida cuando mis amigos Carol y Joe se conocieron.
Joe es un doctor que quedó viudo después de un largo y feliz matrimonio; él nunca se imaginó que se enamoraría otra vez. Pero cuando conoció a Carol, se comportó como un adolescente enfermo de amor. "Ella es todo en lo que puedo pensar", confesó. "O estoy con ella, o ella está en mi mente".
Sorpresa N° 5: te sentís cómoda con tu sexualidad
Gail Sheehy, autora de El sexo y la mujer madura, contó que tuvo que hablar ante un grupo de mujeres muy conservadoras. Se mostró nerviosa ante el tema de su charla: Sexo en la mediana edad y más allá. ¿Qué tan gráfica podía ser yo, sin ofender a nadie?
Pero, para su sorpresa, cuando llegó fue recibida con este comentario: "es una lástima que llegues un poco tarde. Estamos teniendo una gran conversación sobre vibradores y orgasmos". La moraleja de la historia: los hombres y las mujeres, a esta edad, tienen menos complejos sexuales y están disfrutando la vida.
Sorpresa N° 6: nadie se pelea por cosas pequeñas
"No te cuesta nada hacer un compromiso porque tu ego es mucho más fuerte de lo que era a los 20", dice Brooks, una psicoterapeuta de 58 años. "A los 20, todo compromiso se sentía como renunciar a una parte de vos misma. Ahora, simplemente dejás a tu cita escoger el restaurante. ¡¿No es genial?! En una buena relación no existe un gran desequilibrio y, de cualquier forma, estás en la edad suficiente para decir: “bueno, qué más da, ¡nada es al 100 por ciento!”.
Sorpresa # 7: no es necesario cambiar a la otra persona
Hay un viejo dicho: casate con él ahora, cambialo después. Pero ya nos hemos hecho mucho más inteligentes. Caroline y Robert se casaron a los 50 años. "Tener citas fue mucho mas fácil que cuando era una niña", dice Caroline. "A los 52 ya sos una persona segura, alguien que no está luchando contra su propia identidad. La persona que elegís, sabés que no va a cambiar. Tenés mayor aceptación”.
Robert dice: "al casarse en la mediana edad lo pensás mucho mejor. No tengo idea de por qué me casé con mi primera esposa, excepto por el hecho de que era hermosa. Con Caroline comparto una pasión por los viajes y los libros, lo cual es una receta mejor para la compatibilidad a largo plazo”. Su situación representa la forma en que más y más personas que tienen citas a los 50 y tantos están encontrando la felicidad.
Veamos lo que estas parejas felices nos revelan: algunas de las mejores (y más agradables) sorpresas que puede ofrecer tener citas en la mediana edad:
Sorpresa N° 1: la gente es buena
¿Recordás el episodio de Sexo en la ciudad donde Berger rompe con Carrie con una nota? Esto nunca habría sucedido si estuvieran en sus cincuentas. Como mi amiga Maggie, veterana de citas en la mediana edad, dice: "no hay historias de horror a esta edad. Las personas pueden ser falsas, pero nadie es malo”.
En los veintes y treintas, dice, la gente evadiría una cita o, si fuera una cita a ciegas, pasaría de largo si no la encuentran a la altura de sus expectativas estéticas. Pero cuando se tienen cinco décadas, el juego ha cambiado. Las personas devuelven las llamadas telefónicas y son consideradas. Tal vez porque ya hemos sido pateados por la vida, lo suficiente para entender el valor de ser amable.
Maggie comenta: "a veces pienso que él no es ‘el indicado’ para mí, pero lo es para alguien más". Ella recuerda una cita que le dijo: "no hemos hecho clic, pero tengo un amigo al que realmente le gustarás". PD: Le gustó.
Sorpresa N° 2: ves a los viejos amigos de otra forma
Sarah y Matthew crecieron a tres cuadras el uno del otro. Fueron compañeros en la escuela secundaria, pero luego siguieron su camino. Él se casó, ella no, y con los años mantuvieron su amistad. Cuando ambos estaban en sus 50 años de edad, el matrimonio de él ya había terminado. La siguiente vez que Sarah y Matthew se reunieron, cupido llegó. De pronto se vieron de una forma diferente.
"Siempre pensé que era un tipo agradable, pero en la cena ¡zas!", dice Sarah. Matthew también lo sintió. En seis meses ya estaban viviendo juntos. La moraleja de la historia: el amor puede suceder en cualquier lugar y a cualquier hora... Y con cualquiera.
Sorpresa N° 3: puede darse con alguien con quien saliste antes
Judy nunca se casó ni vivió con un hombre. Cuando tenía 40 años adoptó a una niña y, después de convertirse en madre, sintió la necesidad de estar con alguien. "Yo adoraba a mi hija, pero me dije a mí misma: tiene que haber algo más'", comentó. Entonces comenzó a tener citas y volvió a relacionarse con alguien que había conocido años antes, en un equipo de remo.
"Cuando lo conocí por primera vez yo no estaba pensando en una relación", recuerda. "Ahora, ahí estaba él otra vez. Yo estaba en un lugar diferente, y buscaba pareja. Empezamos a entrenar juntos y una cosa llevó a otra. Ahora estamos a punto de comprar una casa". Judy lo aprendió: no olvides a la gente con la que saliste. Los tiempos cambian, los gustos cambian, y una revancha podría ser lo que estás esperando.
Sorpresa N° 4: podés revivir el sentimiento de tu primer amor
Pensá en la manera en la que te sentías cuando te enamoraste por primera vez. ¿Mareada?, ¿loca?, ¿maravillada?, ¿todas los anteriores? Ahora preparate para un "déjà vu". Lo ví enseguida cuando mis amigos Carol y Joe se conocieron.
Joe es un doctor que quedó viudo después de un largo y feliz matrimonio; él nunca se imaginó que se enamoraría otra vez. Pero cuando conoció a Carol, se comportó como un adolescente enfermo de amor. "Ella es todo en lo que puedo pensar", confesó. "O estoy con ella, o ella está en mi mente".
Sorpresa N° 5: te sentís cómoda con tu sexualidad
Gail Sheehy, autora de El sexo y la mujer madura, contó que tuvo que hablar ante un grupo de mujeres muy conservadoras. Se mostró nerviosa ante el tema de su charla: Sexo en la mediana edad y más allá. ¿Qué tan gráfica podía ser yo, sin ofender a nadie?
Pero, para su sorpresa, cuando llegó fue recibida con este comentario: "es una lástima que llegues un poco tarde. Estamos teniendo una gran conversación sobre vibradores y orgasmos". La moraleja de la historia: los hombres y las mujeres, a esta edad, tienen menos complejos sexuales y están disfrutando la vida.
Sorpresa N° 6: nadie se pelea por cosas pequeñas
"No te cuesta nada hacer un compromiso porque tu ego es mucho más fuerte de lo que era a los 20", dice Brooks, una psicoterapeuta de 58 años. "A los 20, todo compromiso se sentía como renunciar a una parte de vos misma. Ahora, simplemente dejás a tu cita escoger el restaurante. ¡¿No es genial?! En una buena relación no existe un gran desequilibrio y, de cualquier forma, estás en la edad suficiente para decir: “bueno, qué más da, ¡nada es al 100 por ciento!”.
Sorpresa # 7: no es necesario cambiar a la otra persona
Hay un viejo dicho: casate con él ahora, cambialo después. Pero ya nos hemos hecho mucho más inteligentes. Caroline y Robert se casaron a los 50 años. "Tener citas fue mucho mas fácil que cuando era una niña", dice Caroline. "A los 52 ya sos una persona segura, alguien que no está luchando contra su propia identidad. La persona que elegís, sabés que no va a cambiar. Tenés mayor aceptación”.
Robert dice: "al casarse en la mediana edad lo pensás mucho mejor. No tengo idea de por qué me casé con mi primera esposa, excepto por el hecho de que era hermosa. Con Caroline comparto una pasión por los viajes y los libros, lo cual es una receta mejor para la compatibilidad a largo plazo”. Su situación representa la forma en que más y más personas que tienen citas a los 50 y tantos están encontrando la felicidad.
0 comentarios