La amistad verdadera y real es un compromiso. Un compromiso que se establece entre dos personas, igual que sucede en el propio amor. Los amigos verdaderos son aquellos que están juntos en los buenos momentos y también, en los malos. Pero además, una persona que aprecia a otra apuesta por ella de verdad, al cien por cien. Y no tira la toalla ante el primer obstáculo o la primera dificultad, sencillamente, porque hay un cariño real. Encontrar este tipo de amistad en la vida es posible, pero está claro que no es algo que sucede de la noche a la mañana.

De hecho, en la vida, puede que en algún momento tengas que hacer frente a la decepción de que un amigo que considerabas real no apuesta por ti del mismo modo. Y no está a tu lado, o simplemente, notas que eres tú quien siempre tiene que tomar la iniciativa en los planes. Dar más de lo que se recibe es una señal poco positiva de una amistad que tal vez, puede estar más basada en la utilidad o en el interés.

Implicarse con las personas supone no jugar con los sentimientos de los demás. Y también, evitar herir de una forma innecesaria. Existen personas que con el paso de los años se arrepienten de no haber cultivado ciertas amistades y haber perdido el contacto. Es en los momentos de soledad cuando de verdad se nota la ausencia del cariño ajeno. Vivir no es una tarea fácil, y las relaciones interpersonales tampoco son sencillas, especialmente, cuando profundizas un poco más en el vínculo.

Sin embargo, la felicidad crece al compás de la esperanza que aporta la compañía y la verdad del corazón humano. Puede que sean muy pocos los amigos verdades que se cruzaron en tu camino, pero aunque sólo sea uno, debes sentirte afortunado por haberle encontrado.