El sentimiento de soledad es inevitable en ciertos momentos de la vida. No existe ninguna receta posible para aportar compañía permanente al ser humano. Es verdad que toda persona se tiene a sí misma pero la complejidad del corazón hace que haya momentos en los que podamos sentir un desgarro interior, una especie de vacío que nada puede llenar. Síntomas que definen la soledad existencial propia un ser trascendente que tiene la capacidad de preguntarse por el sentido de la vida y la muerte.

El dolor de la soledad

El sentimiento de soledad puntual y momentáneo no solo es inevitable sino que además, es sano. Eso no significa que sea cómodo, ni agradable. De hecho, es un sentimiento molesto y doloroso que nos hace sentir vulnerables. Pretender huir de la soledad constantemente supone ir en contra de uno mismo.
Existen muchas formas de huir de la soledad. Por ejemplo, existen personas que llenan su agenda de una infinidad de ocupaciones para no tener tiempo de pensar en sí mismas. También existen personas que se vuelcan en su trabajo y dejan en un segundo plano las relaciones personales.
Algunas adicciones, por ejemplo, la adicción a las compras también tienen en su base un gran sentimiento de soledad. Aprender a convivir con esos momentos y sacar partido de esos espacios de intimidad es una buena oportunidad para desarrollar la introspección de mirar dentro de uno mismo con sinceridad.

Ejemplos de momentos de soledad

Nos sentimos profundamente solos cuando creemos que somos incomprendidos por los demás. Cuando tenemos un problema importante y no lo compartimos con nadie más. Cuando necesitamos un abrazo pero no expresamos nuestra petición de cariño y aspiramos a que otra persona adivine nuestro pensamiento. Nos sentimos solos después de haber luchado muy duro por un objetivo y finalmente, nos vamos con las manos aparentemente vacías después del fracaso.