Ventajas de un parto en el agua
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Cada vez más mujeres eligen esta opción a la hora de dar a luz a su bebé y es por su sencillez y porque el contacto con el agua es relajante y disminuye las tensiones del trabajo de parto, además tiene múltiples ventajas tanto para la futura mamá como para el bebé, ya que ahorra tiempo, dolor y traumas innecesarios, es como una epidural natural.
El parto bajo el agua o acuático está solamente indicado para los casos de bajo riesgo y nunca debe de hacerse en casa, ya que se necesita siempre de la supervisión por parte de un especialista (matrona o ginecólogo) para evitar riesgos en la madre y en el bebé.
Los partos bajo el agua gozan de la ventaja de conectar con la forma más natural y primitiva de traer un niño al mundo, aunque los médicos opinan que prima la seguridad ante todo.
Ahora tanto los hospitales públicos como las clínicas privadas disponen de bañeras de parto ubicadas en recintos cálidos, donde la temperatura del agua está a 37º que disminuye la producción de adrenalina, relaja los músculos durante el parto, y favorece a la dilatación, sin dolores.
La madre también gana en comodidad por la postura vertical en la bañera, ya que ésta es la postura más natural para tener un bebé porque ayuda y facilita la expulsión del bebé, cuyo primer contacto con el exterior es realizado de una forma relajada y acompasada (primero los sonidos, luego las luces, los contactos, los cambios de temperatura, etc).
El parto bajo el agua favorece la transición del bebé del líquido amniótico al mundo exterior. Todo eso contribuirá para alejarlo de situaciones de estrés, que podrían ocasionarle irritabilidad durante el primer año de su vida.
El parto bajo el agua o acuático está solamente indicado para los casos de bajo riesgo y nunca debe de hacerse en casa, ya que se necesita siempre de la supervisión por parte de un especialista (matrona o ginecólogo) para evitar riesgos en la madre y en el bebé.
Los partos bajo el agua gozan de la ventaja de conectar con la forma más natural y primitiva de traer un niño al mundo, aunque los médicos opinan que prima la seguridad ante todo.
Ahora tanto los hospitales públicos como las clínicas privadas disponen de bañeras de parto ubicadas en recintos cálidos, donde la temperatura del agua está a 37º que disminuye la producción de adrenalina, relaja los músculos durante el parto, y favorece a la dilatación, sin dolores.
La madre también gana en comodidad por la postura vertical en la bañera, ya que ésta es la postura más natural para tener un bebé porque ayuda y facilita la expulsión del bebé, cuyo primer contacto con el exterior es realizado de una forma relajada y acompasada (primero los sonidos, luego las luces, los contactos, los cambios de temperatura, etc).
El parto bajo el agua favorece la transición del bebé del líquido amniótico al mundo exterior. Todo eso contribuirá para alejarlo de situaciones de estrés, que podrían ocasionarle irritabilidad durante el primer año de su vida.
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