Renueva tu relación de pareja

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Las razones más frecuentes por las cuales las parejas discuten suelen estar relacionadas con el dinero, los hijos, la sexualidad y el reparto de las tareas domésticas. En muchos conflictos pesa la dependencia emocional de un miembro hacia el otro o una lucha por ejercer dominio y controlar la relación.

Ante una discusión de pareja, un error común es adoptar estas actitudes: huir de la situación, paralizarse y esperar a que pase la amenaza o bien reaccionar atacando al otro con la intención de lastimarlo emocionalmente.

Ambas reacciones son dañinas para una buena convivencia y crecimiento de la relación, ya que causan resentimientos cada vez más profundos, que acarrean serios problemas que llevan a la ruptura o provocan peleas constantes y cada vez más agresivas.

Vitaminas para la felicidad

Para evitar caer en el círculo vicioso de las discusiones interminables, es conveniente que lleves una serie de hábitos que fortalecen la vida en común, algo como auténticas ?vitaminas" para la felicidad compartida:

1. Busca la solución. Los problemas pasados que nunca se resolverán, tarde o temprano salen a la luz. Es un autoengaño pensar que van a desaparecer o solucionarse por sí solos. Por el contrario regresan cada vez con mayor fuerza. No lo dejes para mañana e intenta resolver hoy las diferencias con tu pareja.

2. Acudan a terapia de pareja. Si te sientes incapaz de solucionar el conflicto y los problemas ya te sobrepasan, es conveniente consultar a un experto y si es necesario, también tomar terapia individual, para obtener otras perspectivas y nuevas herramientas que ayuden a resolver la crisis.

3. Haz todo lo posible para arreglar el conflicto. En lugar de culpar a tu pareja del deterioro de la relación, intenta hacer todo lo que esté en tus manos para sacarla a flote. Si finalmente y a pesar de todos los intentos llega la separación, evitarás sentirte culpable por no haber hecho lo suficiente y estarás más liberada de cualquier tipo de error.

4. Cultiva tu propio bienestar. Recuerda que la vida en común es responsabilidad de ambos, pero la felicidad de sus integrantes es asunto de cada quien.

5. Arregla tu vida, en vez de la ajena. Es un error muy habitual y contraproducente intentar solucionar la vida de la otra persona, dándole consejos y pautas de comportamiento. Esta actitud paternalista suele encubrir la incapacidad o resistencia para enfrentar la propia vida.

6. Escucha y dialoga. Para prestarle atención a tu pareja deja todo y centra tu interés en la conversación. Recuerda que nadie es dueño de la verdad, la opinión de cada persona y su forma de entender la vida es siempre distinta, pero los puntos de vista diferentes son igualmente válidos.

7. Comparte tu vida e ilusiones. Diversión, aficiones, fantasías, proyectos, buenos y malos momentos, una de las palabras mágicas para que la relación funcione y prospere es compartir. Entrégate a tu pareja, averigua cómo se siente, que desea, que le hace sentir bien y mal. ?La felicidad compartida es doble felicidad y el dolor compartido es la mitad del dolor?, reza un viejo proverbio.

8. Aprende de tus errores. Aprovecha las crisis y los conflictos para aprender más de tu pareja, en lugar de verlos como fracasos. En general, la vida puede considerarse como un continuo aprendizaje, donde cada caída es una lección.

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