Dedos de martillo.
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Los dedos de martillo también conocidos como dedos en garra o dedos en mazo, son una deformidad en la que uno o más dedos del pie se flexionan y encorvan adquiriendo la apariencia de una garra.
Este problema casi siempre afecta al segundo dedo, aunque también pueden verse afectados otros, con lo que los más pequeños se doblan y aprietan entre sí provocando graves problemas al caminar y colores continuos y muy molestos.
Debido a la curvatura del dedo, es común que aparezca un ojo de pescado en la parte prominente de la flexión, que ocasiona intenso dolor al presionar el nervio, lo que sucede con el uso de cualquier zapato.
Este problema puede empezar desde la infancia y puede ser provocado por alguna anormalidad hereditaria en la alineación de los huesos del metatarso y el alargamiento excesivo de la articulación.
Sin embargo, también puede aparecer en la edad adulta y es provocado casi siempre porque el calzado no ajusta de manera correcta. Este problema es más frecuente en personas que utilizan tacones altos, ya que el peso se distribuye de forma irregular entre los dedos.
Este problema que se reconoce fácilmente, puede ser tratado principalmente utilizando el zapato correcto y con medicamentos inyectados como lidocaína o cortisona en algunos casos. El uso de plantillas especiales de plástico o metal diseñadas para cada persona alivian la presión de los dedos así como los parches o cojines de espuma de látex, fustán o piel de cordero.
Para prevenir los dedos de martillo, es recomendable:
- Utilizar zapatos que ajusten bien y tener en cuenta que los pies crecen con la edad, por lo que hay que cambiarlos en cuanto se sienta que aprietan un poco.
- Comprar zapatos durante la tarde, cuando los pies están un poco hinchados por el trabajo durante la mañana.
- Evitar el uso de tacones altos y puntiagudos todos los días.
- Caminar descalzos el mayor tiempo posible.
- Usar zapatos con correas en caso de padecer dedos de martillo, para no presionar más de lo debido.

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