Ginseng, disfruta de relaciones sexuales intensas
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La raíz del ginseng se ha venido utilizando en China, de forma prácticamente ininterrumpida desde hace ya más de 4.000 años, especialmente por sus propiedades claramente tonificantes, y cuyo tiempo ha permitido -de forma necesaria- conocer y avalar sus distintos y tan diversos beneficios sobre nuestra propia salud.
La palabra, deriva del término chino Jen-Shen (formado como un hombre, en referencia a su semejanza a la forma humana), y su raíz, incluso, se llegó a comparar con los genitales masculinos, por lo cual se le suele adjudicar cierta eficacia para tratar tanto la esterilidad como la impotencia.
Sus principios activos son los ginsenósidos, contenidos en la raíz, y su consumo, está especialmente recomendado en casos de agotamiento físico, entrenamiento deportivo, estrés o enfermedades psicosomáticas, agotamiento psíquico, ansiedad, depresión o insomnio, hipo o hipertensión, o anemia.
Sin embargo, una de las cuestiones más interesantes, al menos para lo que significa su relación con la propia sexualidad en sí, es que, durante años, diversas investigaciones y estudios han demostrado de que esa misma sustancia que indicábamos en la anterior línea, pueden trabajar de una manera similar al Viagra, al mitigar los efectos del estrés, relajar, y estimular y tonificar el cuerpo.
Hay que tener en cuenta que no es un afrodisíaco, al no aumentar ni “trabajar” sobre el deseo sexual en sí, sino que tiende a mejorar la capacidad y funcionamiento de los genitales, favoreciendo además la espermatogénesis, lo que aumentaría la producción de espermatozoides.
Asimismo, estimula las glándulas sexuales, aumentando con ello la producción de hormonas, elevando la capacidad sexual de cada cual, mejorando, por tanto, la frecuencia de la erección en el hombre, y favoreciendo además la excitación de los órganos genitales en la mujer.
Nota: Por su efecto vasoconstrictor, su consumo no está recomendado en personas que padezcan hipertensión, no sugiriéndose su consumo ni en niños ni en mujeres embarazadas.
La palabra, deriva del término chino Jen-Shen (formado como un hombre, en referencia a su semejanza a la forma humana), y su raíz, incluso, se llegó a comparar con los genitales masculinos, por lo cual se le suele adjudicar cierta eficacia para tratar tanto la esterilidad como la impotencia.
Sus principios activos son los ginsenósidos, contenidos en la raíz, y su consumo, está especialmente recomendado en casos de agotamiento físico, entrenamiento deportivo, estrés o enfermedades psicosomáticas, agotamiento psíquico, ansiedad, depresión o insomnio, hipo o hipertensión, o anemia.
Sin embargo, una de las cuestiones más interesantes, al menos para lo que significa su relación con la propia sexualidad en sí, es que, durante años, diversas investigaciones y estudios han demostrado de que esa misma sustancia que indicábamos en la anterior línea, pueden trabajar de una manera similar al Viagra, al mitigar los efectos del estrés, relajar, y estimular y tonificar el cuerpo.
Hay que tener en cuenta que no es un afrodisíaco, al no aumentar ni “trabajar” sobre el deseo sexual en sí, sino que tiende a mejorar la capacidad y funcionamiento de los genitales, favoreciendo además la espermatogénesis, lo que aumentaría la producción de espermatozoides.
Asimismo, estimula las glándulas sexuales, aumentando con ello la producción de hormonas, elevando la capacidad sexual de cada cual, mejorando, por tanto, la frecuencia de la erección en el hombre, y favoreciendo además la excitación de los órganos genitales en la mujer.
Nota: Por su efecto vasoconstrictor, su consumo no está recomendado en personas que padezcan hipertensión, no sugiriéndose su consumo ni en niños ni en mujeres embarazadas.
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